Bacardí Elixir vuelve gracias al aroma de la caña de azúcar tostada

Desde que el mundo es mundo han existido dos clases de personas: las que viven soñando y las que sueñan con vivir. Facundo Bacardí fue un soñador incansable, un soñador tenaz que impulsado por una pasión vital e inagotable convirtió sus ilusiones en una forma de vivir. Fue así como en 1862 creó el Ron Bacardí. Durante aquel mismo año su esposa, Doña Amalia, descubrió una colonia de murciélagos. Conocedora de los significados de optimismo…..

 

 

Bacardí Elixir vuelve gracias al aroma de la caña de azúcar tostada.

Desde que el mundo es mundo han existido dos clases de personas: las que viven soñando y las que sueñan con vivir. Facundo Bacardí fue un soñador incansable, un soñador tenaz que impulsado por una pasión vital e inagotable convirtió sus ilusiones en una forma de vivir. Fue así como en 1862 creó el Ron Bacardí. Durante aquel mismo año su esposa, Doña Amalia, descubrió una colonia de murciélagos. Conocedora de los significados de optimismo, salud, fortuna y unidad familiar que se atribuían a aquel animal sugirió utilizarlo como símbolo del nuevo ron. Pero como suele pasar con los soñadores, aquello sólo sería el principio de una ilusión que iría acompañada de muchas más ideas que con el paso del tiempo acabarían formando parte de la historia.

Este fue el caso de Elixir, una bebida espirituosa a base de ron que Facundo Bacardí creó en secreto para compartir con aquellos amigos más  cercanos en las celebraciones memorables y mágicas. No fue registrada como marca hasta 1927, y se comercializó en Cuba hasta 1960, y también fue distribuida en México, Puerto Rico y Estados Unidos.

BACARDÍ Elixir se usaba para preparar uno de los cocktails más emblemáticos de La Floridita: La Mulata. Curiosamente, hay libros* que documentan que cuando el primer aeroplano aterrizó en Santiago de Cuba en 1911, el piloto, James Ward, al descender del avión, fue obsequiado con una botella de BACARDÍ Elixir.

Hoy vuelve BACARDÍ Elixir en su interpretación más contemporánea, manteniendo los rasgos más distintivos de la botella original. El color oscuro, misterioso y sugerente, y la silueta, estilizada y elegante, inspira intimidad y cercanía pero también el misterio de lo desconocido. El rombo sigue dominando la escena, ligeramente estilizado en sus líneas con respecto a la versión original. La Flor de Lis, es otro recuerdo de la botella original de 1862, símbolo de refinamiento y elegancia en Francia.

La firma de Don Facundo Bacardí y el 1862, fecha de fundación de la compañía y creación de la fórmula, son la garantía de que Elixir emana de los sueños del undador, así como El ron base utilizado es exactamente el mismo que utilizó Don Facundo Bacardí hace 150 años cuando creó BACARDÍ Elixir. El alma de Elixir, la esencia secreta de la intensidad de sabor, está en el aroma de caña de azúcar tostada, es el secreto de su sabor suave y meloso pero tremendamente intenso. Después de casi 150 años de silencio hoy vuelve BACARDÍ Elixir, una y que en palabras de Facundo Bacardí se caracteriza “por estrechar los lazos de las personas con las que queremos compartir momentos especiales”.

 

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