Casa Gerardo y La Catedral de Navarra lanzan la Mejor Fabada en Conserva
La más prestigiosa de las fabadas, la de Casa Gerardo, se catapulta ahora a los hogares del mundo. Bastan 20 minutos al baño maría para disfrutar en casa de los ingredientes naturales seleccionados y cocinados con mimo de esta receta señera de la gastronomía asturiana.
Dado que se considera «un plato de alta cocina en Estados Unidos, Japón o Francia», Pedro Morán y su hijo Marcos se han aliado con la conservera navarra La Catedral para llevar su afamada fabada a todos los hogares de España y el extranjero. «Se trata de una conserva, pero es lo más parecido a lo que hacemos en Casa Gerardo y resulta sobresaliente, ya que utilizamos las mismas fabes, el mismo compango y todos los ingredientes del restaurante», añade. Ellos supervisan la elaboración en la conservera.
Esta fabada cuenta con múltiples adeptos, entre ellos José Andrés, el reputado cocinero español afincado en Estados Unidos que ha confesado en varias ocasiones que en sus visitas a España, Casa Gerardo es de visita obligada.
Por ello no es de extrañar que muchos de sus clientes le hayan demandado que envasasen la fabada, pero hasta ahora no habían encontrado la oportunidad de ofrecerla con un «aval de calidad» como el que deseaban. «Me atrevo a apuntarla a un concurso de cocina -la conserva- y seguro que queda entre las diez primeras fabadas. Incluso a una cata a ciegas entre expertos», refiere Marcos Morán, quien invita a servirla en casa simulando que es casera «y a ver quién adivina que es embotada».
Tanto Pedro como su hijo Marcos están muy orgullosos de poder llevar al mundo una receta que es «un plato fundamental y, por antonomasia, representativo de la cocina asturiana, y también de la española», de la forma «más artesanal posible». La «única máquina que interviene» en el proceso, aclaran, es la autoclave que esteriliza el guiso, un instrumento «similar a la olla a presión de uso doméstico». El resto mantiene la naturalidad de la receta de la familia Marcos.
«Si mi bisabuelo viera esto se sorprendería, porque los tiempos avanzan a una velocidad muy grande. Pero yo, que tuve la oportunidad de salir de Prendes y preferí quedarme en el restaurante, siento ahora la felicidad de expandir por el mundo un producto súper asturiano y español», asevera Pedro Morán.
De hecho, su abuelo -allá por 1960- se embarcó en un proyecto con una conservera de Candás que finalmente no prosperó porque «tecnológicamente no se llegaba a la perfección que hoy se ha logrado», añade. Para acompañar esta fabada, Pedro Morán recomienda acompañarla de champán o de un vino tinto joven o crianza. Y no preocuparse de las calorías, ya que «la cantidad de grasa se mide bote a bote para que resulte muy ligera», siguiendo la receta adaptada a los nuevos tiempos del restaurante asturiano.