Desde tiempos inmemoriales, el té ha sido una bebida que ha marcado huella en muchas civilizaciones. En infusión, polvo, frío o caliente, una taza de té perfectamente elaborado tiene gran cantidad de propiedades terapéuticas y un sabor inigualable del que muy pocos se pueden resistir.
Quizás muchos desconocen la variedad de tipos de tés que existen. España cuenta con la tienda online Aromas de Té, una tea shop que tiene a disposición más de 300 variedades de té con la mejor calidad del mercado. Es el lugar ideal para los amantes de esta bebida, ya que se pueden conseguir todos estos sabores y tenerlos en casa de manera rápida, sencilla y al mejor precio.
Al menos 1,5 millones de tazas de té son servidas al día en el mundo, es la segunda bebida más consumida, después del agua. Frío o caliente, en infusión con agua o leche, con o sin azúcar, el té está presente en todos los rincones del planeta. Su uso se remonta a tiempos inmemoriales, se estima que se consumía ya en el año 250 a.C. En la actualidad, los países en los que más se produce té son India y China; en este último destaca su fabricación artesanal.
Varios factores influyen para tener ante nosotros una taza de té perfecta, obviamente esto va a depender del tipo de té. Sin embargo, un elemento fundamental es la temperatura, la cual va a lograr que el agua se filtre correctamente resaltando los sabores y nutrientes. Una recomendación es calentar el agua pero sin llegar a hervir.
Otro factor a tener también en cuenta para extraer el mejor sabor y sus principios medicinales es el tiempo de reposo, el cual no debe ser muy largo, ya que esto hace que el sabor se incline hacia lo amargo en todos los tipos de té.
¿Qué tipos de té existen?
Existen varios tipos de tés, cada uno con un sabor característico y diversas propiedades terapéuticas, sin embargo, los que se consideran principales son los siguientes:
Té verde: también llamado ‘no fermentado’, se elabora al dejar secar las hojas recién cogidas, las que después son sometidas a un proceso de calor para que dejen de fermentarse. En algunos casos, este tipo de té es amargo y astringente, cuando esto ocurre es porque no es un producto de buena calidad. Para que el sabor no resulte amargo debe ser preferiblemente en hojas y fresco.
De igual forma, es aconsejable que la infusión sea por un tiempo suficiente para que las hojas se hidraten, sin embargo, no debe excederse de 3 minutos y así sus aceites no se concentrarán en el agua.
Una de las variedades más conocidas de este tipo es el matcha, el cual viene a ser el té verde en polvo.
Té blanco: entre los tipos de té que existen es el más puro, es decir, el menos procesado. Las yemas nuevas son recolectadas antes de que se abran, después se dejan marchitar para eliminar la humedad para finalmente secarlo. No es un té muy fermentado, contiene poca cafeína y es rico en antioxidantes. Su aroma es fino y no tiene ese gusto amargo al final de otros tipos.
Té negro: también conocido como ‘de fermentación completa’, es un producto que debe pasar por las etapas de marchitamiento, fermentación y secado, esto genera que sea un té muy aromático y más fuerte su sabor, al tener un tiempo de oxidación más elevado. Tiene un importante poder de conservación, a diferencia de otros tipos.
Té oolong: se conoce también como semifermentado, es un tipo que se puede decir, está entre un nivel medio entre los tés verde y negro. Las hojas se recolectan de árboles que tienen al menos cinco años, se les extrae la humedad y luego son sometidas a una fermentación parcial, con lo que se consigue que tengan un sabor especial, menos dulce que el verde y menos amargo que el negro.
Té rojo (pu-erh): viene siendo un té verde cuyas características propias son propias tras el proceso de maduración del mismo. Las hojas se comprimen y son almacenadas durante años aparentemente (hay cierto hermetismo en el proceso) en cavernas dentro de barricas. Se habla de que pueden ser, incluso, hasta 50 años de maduración.
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