Desde hace unos años pasan cosas absolutamente increíbles pero, con los políticos que nos gobiernan no me extraña nada porque como dijo Alfonso Guerra “este país no lo conocerá ni la madre que lo parió”. Pero como no estoy aquí para hablar de política sino de gastronomía voy directo a lo que quiero decir.
Desde hace unos años pasan cosas absolutamente increíbles pero, con los políticos que nos gobiernan no me extraña nada porque como dijo Alfonso Guerra “este país no lo conocerá ni la madre que lo parió”. Pero como no estoy aquí para hablar de política sino de gastronomía voy directo a lo que quiero decir.
Conozco personalmente a Hilario Arbelaitz y, no sólo es una excelente persona sino que además es uno de los mejores cocineros del panorama nacional gastronómico. Durante 15 años ha mantenido 2 estrellas Michelin (bien ganadas por cierto) pero, cuál fue mi sorpresa que en el último ejemplar de la guía Michelin veo con estupor que le han quitado una de las 2 estrellas. Puedo entender que si los jueces de la guía van 3 o 4 veces a su restaurante y ven fallos, le quiten la estrella pero, por un solo día quitar una estrella a unos de los mejores cocineros que tiene este país y destrozarle la imagen es algo bastantes sospechoso. Este artículo es para manifestar mi profundo rechazo a los que otorgan y quitan las estrellas de esa manera tan injusta porque como dijo un entrañable y gran amigo mío “si tuvieran que darle a alguien 4 estrellas Michelin ese sería Hilario Arbelaitz”. Pues yo suscribo esa frase.
Por Fernando Martínez.
Director de la revista Ambigú.
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