La Ciudad Condal está de enhorabuena gracias a Faustino Muñoz Soria. El lector que lea esta entrada dirá: ¡Qué pasa! Pues es fácil. Faustino Muñoz es el sumiller y Director de Colmado Quilez de Barcelona. Gracias a su esfuerzo ha conseguido que los clientes vayan a sus catas de alta calidad y mejor precio.
De este sentimiento familiar también sabe mucho el personal de la tienda. Sin cambios sustanciales, las doce personas que componen el equipo podrían escribir libros de gastronomía. De hecho, algunos ya lo hacen. Visten la bata correspondiente, siempre con corbata, evidenciando un tipo de servicio que sólo es posible ofrecer con la experiencia y el trato. Primero fue el mismo Andrés Lafuente padre quién impulsó la tienda desde 1974. Más tarde -cuando don Andrés se fue a la tienda principal del grupo Lafuente en la calle Johann Sebastian Bach 20- fue su segundo, Álvaro Montero, quién se hizo cargo de ella en 1991. Fueron años duros, pero valores como la constancia, el trabajo o la honestidad empresarial –inculcados por Andrés Lafuente-, hicieron crecer al colmado. En 1997 tomó el mando del colmado Faustino Muñoz, que entró como aprendiz en 1976, como su anterior predecesor. Trabajo, trato, más trabajo y 40 años después, con 59, es director del colmado y también sumiller titulado por la Escola de Restauració i Hostelatge de Barcelona y por la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona. Una eminencia en el campo, un consejo siempre abarcable en la sección de vinos de la tienda. “Hacemos nosotros las catas y escogemos siempre el mejor producto”. La experiencia es un grado.
Catas hay muchas y en muchos lugares pero, catas de la calidad de la última que pudimos comprobar personalmente, no se hacen en la ciudad. Pongo un ejemplo: El pasado 28 de Junio tuvimos la ocasión de hacer una cata a base de Anchoas en aceite de oliva pescadas en primavera (dato muy importante), acompañadas con Champagne Brut Royal de Pommery. Bloc de foie gras de Oca trufado acompañado por Champagne Pommery Brut Rosé Royal. Jamón Ibérico 100% Bellota de Jabugo acompañado por Champagne Pommery Gran Cru Royal y por último una lata por persona de Caviar Imperial Acipenser acompañado por Champagne Pommery Cuvée Luise 1999 para al final tomar una cucharita de nácar con Caviar Beluga. Cualquiera que lea este menú piensa en una cifra de 3 números Pues no, esta maravilla costó 60,00 euros. ¿Alguien lo supera?
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