El veganismo se está haciendo cada vez más popular. El respecto hacia los animales no humanos, la preocupación por el medio ambiente o un estilo de vida más saludable son algunas de las razones por las que cada vez más personas deciden cocinar sin utilizar ingredientes procedentes de los animales.
Son muchos los lugares donde podemos leer sobre la importancia de llevar un estilo de vida vegano. Hablamos de estilo de vida ya que el veganismo no se reduce únicamente a la cocina. Ser vegana o vegano también implica no comprar ropa que contenga materiales procedentes de los animales, no utilizar productos que hayan sido testados en animales, no apoyar su explotación en espectáculos… No obstante, teniedo en cuenta que el veganismo es mucho más que la dieta, hoy nos centraremos únicamente en la gastronomía vegana: ¿qué implica ser una persona vegana en la cocina?, ¿qué hay que tener en cuenta para que nuestra salud no se resienta?
Llevar el veganismo a la cocina
La alimentación vegana no utiliza ningún producto que proceda de los animales: ni carne, ni huevos, ni leche, ni miel… Puede parecer en un principio demasiado restrictiva, con todo, existen un montón de posibilidades. Es cuestión de salir de la idea tradicional de que para alimentarse bien es necesario comer carne, echarle un poco de imaginación y utilizar todas las posibilidades que nos ofrecen las plantas.
Frutas, verduras, hortalizas, arroz y otros cereales, frutos secos… Son múltiples las opciones con las que una persona vegana se puede alimentar. Además, la combinación de ambas y cocinarlas de maneras específicas nos permitirá recrear recetas y sabores tradicionales libres de sufrimiento animal.
Una de las mayores preocupaciones a la hora de hacerse vegana o vegano es la absorción de vitaminas y proteínas. Por este motivo es importante contar con la ayuda de un nutricionista o estar bien informados sobre nutrición. De hecho, el estudio y análisis sobre cómo los alimentos que consumimos afectan a nuestra salud debería ser algo que todas las personas realizasen, y no solo reducirlo a las personas veganas. De este modo se evitarían problemas de obesidad, anemias o falta de vitaminas.
Volviendo a las dietas veganas, para la obtención de proteínas se recomienda el consumo de legumbres, frutos secos, lentejas, soja… En cuanto a las calorías y las grasas, se pueden obtener consumiendo aguacates y aceites vegetales.
Puntos positivos de llevar una dieta vegana
Nuestra dieta estará libre de crueldad animal y contribuirá a reducir las emisiones de gases efecto invernadero y la destrucción de bosques para dedicarlos al cultivo de plantas destinadas a alimentar al ganado. Así mismo, nuestro organismo tendrá un alto aporte de fibra, un aporte de colesterol prácticamente nulo y un bajo aporte de grasas saturadas debido al consumo de vegetales.
Puntos que debemos vigilar
Ser vegano no tiene por qué significar tener buena salud. Por eso es necesario prestarles atención a determinados indicadores. El alto consumo de fibra puede hacer que no se realice una correcta absorción de minerales. Se puede producir así mismo una falta de vitamina B12, por lo que será necesario tomar suplementos. Habría que prestarles atención a los niveles de hierro y omega 3 ya que es más difícil adquirirlos sin consumir carne o pescado.
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