Santa Burg evoluciona y abre local en el Eixample

 

SANTA BURG

Es la evolución del concepto que nació en 2011 en la calle Vallespir de Barcelona. La hamburguesería de carne dry aged que el chef Alain Guiard erigió para carnívoros pedía un hermano y éste ha llegado en la confluencia de las calles Valencia y Pau Claris, no como una reproducción exacta sino como un paso más en el camino a la excelencia del equipo de Santa Burg. Se trata de un local mayor en el que Guiard ha ampliado cocina para ofrecer mucho más que hamburguesas. La carne de vaca dry aged sigue polarizando una carta que se abre con propuestas de cuchillo y tenedor, consiguiendo que el nuevo Santa Burg tenga vida gastronómica sus doce horas ininterrumpidas de apertura.

El nuevo local da valor a los mediodías con una “fórmula” especial. Guiard quiere seguir evolucionando en el cocinado de la carne ahora mediante plancha, Josper y fuegos, y la posibilidad de ofrecer platos pensados y armonizados que ven su encaje ideal a mediodía. Con complementos exactos, la cocina de este Santa Burg presenta delicias de plato como el steak tartar, el tendón light o el lobster roll, platos todos maridables con cócteles e ideados a partir de la mejor carne. Platos modernos de hamburguesería cosmopolita, de bistrot encubierto.

La vaca sigue siendo el animal a adorar en este Santa Burg. Su producto supremo y el que mejor reproduce las bondades del dry aged que Guiard exige a todas sus carnes –procedentes todas del mismo proveedor: Soler Capella- es el entrecot. Aquí, el chef catalán vuelve a jugar con el Josper, la salsa bearnesa y un bol de ensalada para presentar un plato de mediodía o noche cuidado y preciso. Entre las propuestas para compartir y con las que puedes entretener el principal siguen destacando las ensaladas (con dos propuestas nuevas: Santa Apple y Santa Tarraco); los nachos, con las salsas a parte (de chili con los quesos cheddar y taleggio dentro de una cazuela fundidos con guacamole); los tacos de pato o los nuggets marinados con limón.

No obstante, Santa Burg es Santa Burg y la hamburguesa y sus complementos siguen presentes según las fórmulas prefijadas, con todos los detalles pensados para completar la hamburguesa perfecta: carne, pan (también receta del local) y condimentos. La Santa Deluxe (con carne de buey dry aged, foie y manzana caramelizada) o la Santa Chinatown (con hamburguesa de butifarra, col china, mayonesa de albahaca y salsa agridulce) siguen acompañando una carta donde tú puedes montarte tu propia creación con cinco panes, seis tipos de carne (cuatro de hamburguesa, una de frankfurt y otra de chistorra) y más de 15 complementos para que completes tu itinerario (huevo, provolone crujiente, salsa barbacoa…).

Local para los que saben dónde van

Para acceder al local debes bajar la cabeza. No es una reverencia. El nuevo Santa Burg se emplaza un metro por debajo del nivel de la calle y en su semi clandestinidad ofrece dos espacios para canallas, o carnívoros, o ambos tipos de persona. Un pequeño espacio con barra y taburetes da la bienvenida para jugar fuera de horas del servicio: dispensa cócteles, vinos de todas las nacionalidades y una carta de pequeños snacks (con planchados, una especie de molletes trabajados y armonizados con setas, cheddar o miel). Le sigue un comedor de madera y papel pintado con diez mesas sin mantel de diferentes tamaños -también una rectangular y grande para compartir- y una barra que permite comer cómodamente sentado en taburetes.

Una oferta continua para un local irreverente y cosmopolita de trato excelente. Un local creado en la mente de Alain Guiard y ejecutado por el propio chef junto al gerente Rubén G. Mallat; un local cuidado al detalle para venerar el producto y la armonía en su composición, elaboraciones que los camareros saben trasladar al comensal en palabras. El punto medio entre una hamburguesería y un steakhouse, entre un bistrot y un restaurante, entre lo canalla y lo elegante. La evolución de Santa Burg.

 

Últimos Articulos