Tras el éxito de su predecesor ‘Yamazaki Sherry Cask 2013’, la prestigiosa destilería nipona lanza al mercado su nueva edición de single malt envejecido en barricas de Jerez. ‘Yamazaki Sherry Cask 2016’ estará disponible en todo el mundo a partir del 1 de febrero.
Suntory Whisky, compañía pionera en la elaboración de whisky japonés, ha presentado en Londres su nueva edición de whisky de malta envejecido en barricas de Jerez, ‘Yamazaki Sherry Cask 2016’. El sucesor de ‘Yamazaki Sherry Cask 2013’, el que fuera galardonado como ‘Mejor Whisky del Mundo’ en la edición de 2015 de la Jim Murray’s Whisky Bible, estará disponible a partir del 1 de febrero de 2016 con una producción única de 5.000 botellas en todo el mundo.
A pesar de lo sorprendente del nombramiento de Yamazaki Sherry Cask 2013 como “Mejor Whisky del Mundo”, el whisky envejecido en barrica de Jerez ha sido siempre una constante en la gama de Suntory desde 1924, un año después de que comenzara la construcción de la destilería. Shinjiro Torii, el fundador del whisky japonés, empezó a elaborar sus whiskies aprovechando las barricas de vino de Jerez que importaba para mezclar su famoso vino dulce Akadama. Por tanto, la barrica de Jerez fue el primer tipo de barrica utilizado por Suntory Whisky y juega un papel fundamental en el origen del whisky japonés.
Una meticulosa selección
A lo largo de sus 92 años de historia, Suntory Whisky ha utilizado gran cantidad de barricas de Jerez y whiskies de malta envejecidos en estas barricas. El Master Blender de Suntory, Shinji Fukuyo, visita personalmente el norte de España para asegurarse de que el roble español que él mismo selecciona sea el que se envía a las bodegas para fabricar las barricas de Jerez que se utilizan para almacenar su Oloroso. Fukuyo supervisa cuidadosamente todo el proceso, desde la selección de las barricas hasta su tostado y la maduración del Jerez. Tras tres años de envejecimiento, las barricas de Jerez se envían a la destilería Yamazaki de Suntory, en Japón, listas para contener el destilado que se convertirá en el excepcional whisky Yamazaki Sherry Cask.
Las barricas de Jerez, veneradas y al mismo tiempo temidas, tienen un fuerte carácter que puede imponerse fácilmente sobre el sabor de un whisky. Las maltas de Yamazaki también pueden verse afectadas por el sabor del Jerez o de las barricas de roble español. Sin embargo, en el caso de Yamazaki Sherry Cask, el Master Blender de Suntory, Shinji Fukuyo, selecciona únicamente aquellas barricas en las que puede conseguirse el delicado equilibrio entre la malta de Yamazaki y la barrica de Jerez, realzando así el intenso y polifacético sabor tan característico de Yamazaki. El meticuloso proceso de selección del roble español, el tratamiento de las barricas de Jerez y todo el proceso de envejecimiento garantizan la reconocida calidad final de este destilado.
Una delicada combinación de madurez y delicadeza
El Master Blender Shinji Fukuyo es a menudo comparado con un artista. Sus mezclas son delicados diseños meticulosamente seleccionados de entre más de cien whiskies de malta. Cada sabor presenta un color y un aroma, específicamente concebidos para cada ocasión. Está claro que Fukuyo no ha destilado Yamazaki Sherry Cask 2016 para los principiantes, sino que ha sido creado para los ‘Amantes del whisky de Suntory’, que aprecian los matices complejos, refinados y sutiles. Al igual que el resto de las barricas usadas en Mizunara, Bourbon y Puncheon, la barrica de Jerez es un elemento esencial que diferencia y caracteriza al premiado single malt de Yamazaki.
Notas de cata de ‘Yamazaki Sherry Cask 2016’
Se trata de un whisky de gran intensidad, suavidad y complejidad de sabores.
Color: marrón oscuro
Nariz: pasas, tomate seco, clavo y cacao
Paladar: rico e intenso, dulce y agrio, chocolate con avellanas
Final: prolongado, agridulce, ácido
PVP recomendado: 300 Euros
Fukuyo ha diseñado un viaje en este whisky. Yamazaki Sherry Cask 2016 simboliza, sin lugar a dudas, el encuentro entre España y Japón en forma de whisky. Para disfrutar al máximo de este viaje, Fukuyo recomienda servir el whisky en primer lugar sólo, para apreciar los matices en la nariz. De esta forma, se distingue una nota dominante definida y fresca, y un acentuado dulzor con toques a pasas, que es al mismo tiempo elegante e intenso. Inmediatamente se aprecia la complejidad de este destilado, así como el perfecto equilibrio entre madurez y delicadeza. Si se sirve con hielo, el paladar se abre, comenzando a distinguir el dulzor que evocan las uvas de Delaware y su acidez ligeramente amarga. Por último, si se toma con agua, emana un suave dulzor que brota como las primeras manzanas de la temporada.
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